La Lectio Divina en la ERE

LA LECTIO DIVINA EN LA ERE

Todas las asignaturas cuentan con referentes bibliográficos a la hora de planear y desarrollar las actividades de clase. De hecho si no acuden autores reconocidos en el tema y a materiales actualizados corren el riesgo de equivocarse en lo que enseñan. La ERE –asignatura que tiene de igual manera una rigurosidad académica ya que aborda nada más y nada menos que el hecho religioso y su relación con la Cultura–  no escapa a esa exigencia y debe buscar referentes cercanos para abordar cada una de las experiencias significativas que señalan los Estándares de la Conferencia Episcopal de Colombia y que al mismo tiempo le ayuden a los maestros a acercar el mensaje de Jesús a los niños y jóvenes para comprenderlo y sobre todo para llevarlo a la vida. Pero, ¿a qué referentes acudir, a qué materiales, a qué experiencias? Seguramente cada profesor conoce muchas; sin embargo quiero sugerir que en ese proceso de búsqueda no se pueden olvidar uno muy valioso, vigente y lleno de sabiduría, se trata de la Biblia.

En la Biblia encontramos todo tipo de mensajes para cada una de las situaciones y/o estadios por los que pasan los seres humanos; es así como acercándonos a ella podemos descubrir – y hacer que nuestros estudiantes descubran – que el Señor está atento y cercano, que camina junto a nosotros. Sin embargo, como todos saben, es importante acercarse al mensaje bíblico con mucho cuidado para no correr el riesgo de entender literalmente su mensaje o caer en falsas o erróneas interpretaciones. Una buena práctica es acudir a la Lectio Divina a la que continuamente la Iglesia nos invita y que podemos compartir con nuestros estudiantes ya sea en la clase de ERE –como lo sugiere la serie: Ver a Jesús – o en las actividades Pastorales que se desarrollan en las instituciones educativas. Recordemos cómo se lleva a cabo[1]:

1.    Invoca al Espíritu Santo. Pídele que te ilumine y te abra a la comprensión de la Palabra y que te anime a la respuesta con tu vida.

2.    Lee muy despacio el texto bíblico. Vuelve a leerlo. Lee también algún comentario que te ayude a conocer mejor el sentido del texto. Dale tiempo al Señor y escucha el mensaje que Él quiere darte en esta Palabra.

3.    Medita qué te dice la Palabra que has leído lentamente. Una vez que hayas captado el sentido del texto, entonces puedes hacerte esta pregunta: qué me dice esta Palabra.

4.    Ora. Respóndele al Señor que te ha dado su mensaje en la Palabra meditada.

5.    Contempla. Quédate impresionado, fascinado, en silencio, en calma. Déjate animar por el ardor de la Palabra, como quien recibe el calor del sol.

6.    Actúa. Haz un compromiso que brote de este encuentro con el Señor. Es el salto a la vida. Animado e invadido por la Palabra, regresa a la vida con otra actitud.         

Ahora comparte con todos los profesores de esta comunidad qué otras maneras conoces y empleas para trabajar la Biblia en tu clase con tus estudiantes.

Comentarios

Entradas populares