¿Cómo trabajar en Educación Religiosa Escolar?



¿Cómo trabajar en Educación Religiosa Escolar?

Cada día se hace más compleja y exigente la enseñanza de la ERE en los colegios. Hay múltiples factores a través de los cuales se puede evidenciar esta realidad. Es así como el reto que tienen los maestros que orientan esta asignatura de “tocar los corazones” de los niños y jóvenes requiere de una constante preparación y actualización a nivel epistemológico, doctrinal, bíblico y didáctico entre otros.  

Prueba de esta situación es el escenario adverso que se presenta en el plano legislativo en donde con frecuencia varios sectores reclaman la necesidad de eliminarla del currículo. Se encuentra también la percepción generalizada de que la ERE es una asignatura de segundo nivel con poca influencia en la cultura, las dificultades en los procesos de actualización docente respecto a los contenidos de la ERE, el desinterés de los estudiantes hacia esta asignatura, y por último se puede citar la falta de apoyo de los directivos a esta asignatura fundamental que es vista como importante en la planeación, pero de segunda clase a la hora de asignarle recursos, personas y espacios de formación.

En ese contexto vale la pena destacar el esfuerzo de la Conferencia Episcopal Colombiana por fijar algunas orientaciones en torno a la manera de enseñar en la ERE. Quiero a continuación recordarlas porque he venido descubriendo que no todos los educadores las conocen, pese a que llevan algunos años trabajando con los estándares que precisamente desde la CEC se establecieron desde el año 2012. Así pretendo invitar a los docentes de ERE a acercarse y profundizar un poco más al respecto para tratar de dar un giro a sus clases generando mayores espacios de participación de los estudiantes en el proceso de consolidación de su fe, dejando de lado el acento transmisionista y doctrinal que aún se maneja en varios salones de clase.

En la cartilla Estándares para la Educación Religiosa Escolar de la Conferencia Episcopal de Colombia se establecen algunas pistas para trabajar en ERE. En primer lugar se establece que el método para el trabajo en ERE es el de la investigación. Al respecto se menciona que “Es el método connatural a la educación escolar y a los retos y exigencias que hoy se hacen a la educación, entre los cuales se destaca el enseñar a los niños, a los adolescentes y a los jóvenes a aprender y el enseñarles a usar lo aprendido en la construcción de su identidad y en su vida cotidiana”[1]. De donde se desprende la importancia de involucrar como sujetos activos a los estudiantes y no como ya se dijo, en meros receptores como en lo que se denomina la educación bancaria. Se trata entonces de acompañar para descubrir problemáticas que requieren ser atendidas, problematizar contenidos, hallar soluciones, poner en común y generar procesos de transformación en la vida y en el contexto.

En esa misma línea la CEC propone que a la hora de trabajar en la ERE se tengan presentes por lo menos las siguientes fases o momentos[2]:

1.    Invitar a los estudiantes a analizar una situación problema: Lo cual puede lograrse a través de imágenes, videos, canciones, noticias, relatos, historias, un relato bíblico, etc. Se pretende ayudar a suscitar el interés respecto a una necesidad o problemática personal o grupal. Se busca llamar la atención o hacer caer en la cuenta de la necesidad existente.

2.    Planteamiento del problema: Fruto del análisis de la situación se posibilita que el estudiante establezca preguntas problematizadoras que pongan de manifiesto la dificultad que presente en la situación analizada. Las preguntas deben formularse de manera conjunta con la participación de todos los integrantes de la clase. Estas preguntas orientarán el proceso de investigación. Se hace necesario en este espacio definir con la ayuda del educador el objetivo de la investigación, que desde luego está relacionado con las preguntas. Se trata de delimitarlo y de establecer con claridad respondiendo a la pregunta general ¿Qué se quiere?.

3.    Formulación de Hipótesis: Se trata que el estudiante con sus saberes previos intente dar respuesta a los interrogantes surgidos en el punto anterior. Esto desarrolla la creatividad, la capacidad argumentativa y el trabajo en equipo así como el respeto a la diversidad de opiniones y a los puntos de vista diferentes. Es importante que en este proceso el docente esté atento a los argumentos de los estudiantes para reforzarlos o aclararlos posteriormente. En este proceso pueden surgir varias hipótesis

4.    Documentación o fundamentación de la hipótesis: consiste en brindar las herramientas para que los estudiantes fundamenten las hipótesis, identifiquen las razones y motivos que las sustentan[3]. Es importante para ello acudir a los elementos bíblicos, teológicos y del magisterio de la Iglesia.

5.    Verificación de las Hipótesis: Es la comprobación de la validez o no de las hipótesis desde la fundamentación y/o documentación, de allí la importancia del punto anterior. Una mala documentación conducirá a una error en la toma de posición.

6.    Adopción de una respuesta: Es el punto de llegada de este proceso. Allí el estudiante debe hallar el la respuesta a los interrogantes planteados inicialmente, al tiempo que logrará identificar la hipótesis acertada justificando la toma de postura. Es importante que la respuesta se presente en forma clara, con enunciados conclusivos de carácter general; es decir, de principios, evitando dar un carácter de respuesta provisoria o débil a aquello que forma parte de los núcleos básicos del mensaje cristiano[4].

Luego de leer esta síntesis, te invito a compartir desde tu experiencia cómo trabajas en Educación Religiosa Escolar. Menciona ejemplos, experiencias o debate las orientaciones de la CEC acerca de cómo trabajar en la ERE.





[1] Estándares para la Educación Religiosa Escolar (ERE) de la Conferencia Episcopal de Colombia. 2012 p. 14.
[2] Op. cit. Ibid.
[3] Ibid. p. 16.
[4] Ibid.

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