Para comprender qué es la Pastoral Educativa

 



Camilo E. Rodríguez F. - cerofe0306@gmail.com [1]


La presencia cercana del Papa Francisco, su calidez, la sencillez de su lenguaje, el testimonio ejemplarizante y coherente; así como las orientaciones que desde su magisterio ha venido señalando para la renovación de las formas y caminos para la evangelización en la Iglesia; implica para los agentes de pastoral una revisión y evaluación ad intra de los procesos personales y pastorales que se adelantan en cada uno de los ámbitos donde ejercen la misión. 

En ese sentido consideramos importante señalar algunas pistas para acompañar esa confrontación personal y comunitaria ya que evidenciamos, con alguna frecuencia, que la práctica del activismo y del quehacer diario hace sucumbir y/o perder de vista el horizonte y el sentido más amplio de lo que significa la pastoral y en este caso, la pastoral educativa como un todo que dinamiza cada uno de los procesos al interior de la escuela católica. A continuación esbozamos algunos de esos elementos que queremos invitar a considerar en nuestras instituciones educativas.

¿De qué estamos hablando? Comprender de lo que se trata cuando se habla de Pastoral Educativa

Resulta sorprendente evidenciar (aunque no lo queramos ver) la mirada reduccionista que se tiene de la Pastoral Educativa (PE) en muchos casos. Los diversos sectores de la sociedad (de la escuela, la familia, los jóvenes, los educadores) siguen asociando lo pastoral a la acción exclusiva del sacerdote, de los religiosos(as), de los catequistas, de los grupos juveniles, de los equipos de pastoral. Quizás esto obedece a la manera “doméstica” a través de las cuales algunas veces se desarrollan los planes y acciones de pastoral en los diversos escenarios.

En ese sentido es urgente fortalecer entre los integrantes de los centros escolares la comprensión de lo específico de la Pastoral Educativa. Se trata entonces de entender que en la Escuela “todo es inclusivamente pastoral porque corresponde a una identidad, a una forma de ser y de trabajar, a un estilo propio que genera una atmósfera, un ámbito que lo impregna con su sello distintivo”[2]. Así las cosas cada área que conforma la escuela (lo administrativo, lo pedagógico, lo jurídico, lo deportivo, lo curricular, etc.) debe estar permeado por lo pastoral, es decir por criterios y orientaciones que evidencien la misión evangelizadora de la escuela.

¿Es así en las instituciones a las que pertenecemos? ¿Observamos reduccionismos en el ser y quehacer de la pastoral educativa en el lugar de nuestra misión? ¿De qué manera superarlas?

¡He visto la aflicción de mi pueblo! Una Pastoral Educativa aterrizada a la realidad

Es claro para todos que no se puede comprender la PE desligada del contexto y realidad. El hablar de PE remite de inmediato a los diversos escenarios donde se desenvuelve la niñez, la juventud, la adultez e incluso la ancianidad. Nos lleva a ver los rostros sufrientes en las esquinas, en los puentes, en las calles. Nos remite a considerar toda situación de exclusión social, económica, política, racial y religiosa. Al mismo tiempo hablar de realidad nos lleva a pensar al planteo de respuestas, acciones, planes y proyectos desde la PE para responder a estas y muchas otras necesidades. Juntas Pastoral Educativa y Realidad tienen una estrecha e irrenunciable relación.

Se trata entonces de descubrir que la Pastoral Educativa tiene su origen en la comprensión del querer de Dios sobre el mundo y la historia, es decir, de discernir los signos de los tiempos[3] lo que no se puede hacer sin el convencimiento pleno, desde la fe, de que Dios aún en estos tiempos nos sigue hablando. De allí que la pregunta fundamental para la PE es ¿Cómo habla Jesús en los hombres de hoy?[4] Y no ¿Cómo hablaremos de Jesús a los hombres de hoy?[5]

¿Qué me dice Dios a través de los signos que veo y escucho? ¿Cuáles son las opciones fundamentales que hemos hecho para dinamizar nuestra PE? ¿A qué necesidades y/o realidades responden?

¡De llanero solitario a liga de la justicia! Un equipo articulado para el fortalecimiento de la Pastoral Educativa

En la Escuela toda la comunidad educativa es considerada Comunidad Pastoral, lo que quiere decir que todos sus integrantes comparten y participan la misión educativa pastoral que desarrollan. Desde el(la) Rector(a) del Colegio hasta el guarda de seguridad, pasando por el personal docente, administrativo y de servicios; sin dejar de lado además a los padres de familia y estudiantes. Todos ellos deben permanecer en un “estado permanente de misión evangelizadora, hacia dentro y hacia fuera”[6]. Esto nos lleva a pensar en la necesidad de establecer planes de formación que superen el mero adoctrinamiento y sean espacios de reflexión de la propia experiencia de vida, de la experiencia de Dios, de la fe misma.

¿De qué manera involucramos a toda la comunidad educativa en la definición y desarrollo de la PE?

De otra parte debemos tener presente que el trabajo en red posibilita la suma de fuerzas, la optimización de los recursos, la efectividad de las acciones emprendidas. En ese sentido consideramos que es hora de empezar a suscitar espacios de trabajo inter escolares, inter congregacionales, etc. en torno a la PE. El trabajo en red debe estar motivado no por la escases de los recursos o de tiempo sino por el principio comunitario que envuelve toda acción eclesial. Ya que compartimos necesidades por el contexto en el que estamos ¿No es acaso el momento de sumar fuerzas para hacer fortalecer nuestra PE?    

¡El que no sabe a dónde va… cualquier camino lo lleva! La planeación de la Pastoral Educativa como clave para el éxito.

Si la PE dinamiza y articula cada una de las áreas y procesos de la escuela, requiere de un proceso serio de planeación (y revisión constante) en el que participe toda la comunidad educativa que posibilite el discernimiento de los signos de los tiempos. Este equipo será el responsable de coordinar, acompañar discernir, formar, decidir, ejecutar y evaluar[7] todo lo dispuesto para el desarrollo de la PE. Solo con una adecuada planeación se podrán establecer los caminos a tomar para transformar la realidad presente en el centro educativo desde la PE. Una adecuada planeación permitirá: Establecer los criterios evangélicos desde los cuales se harán las opciones pastorales, formular el horizonte pedagógico – pastoral, establecer los planes de formación para cada uno de los integrantes en clave pastoral, señalar los procesos de evaluación de la PE[8] entre otros.

Pensemos, ¿Quiénes participan en el proceso de planeación de la PE en mi colegio? ¿En el proceso de planeación se consideran todos los actores, los procesos, las áreas del Colegio? ¿Qué es aquello que impide la articulación de la PE con cada uno de los ámbitos de la escuela?

¡Nadie da de lo que no tiene! El encuentro con Jesús como fuente de la PE

Finalmente queremos señalar algo que consideramos fundamental en la PE. Se trata de la espina dorsal que sostiene todo lo que anteriormente se ha dicho, al tiempo que invitará a hacer una revisión de vida.

En Evangelii Gaudium el Papa Francisco señala: La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría”[9].

Si queremos fortalecer la Pastoral Educativa en nuestros sitios de misión debemos procurar vivir de manera personal la alegría del encuentro con Jesús. Una Pastoral Educativa que busque responder a la realidad, que pretenda involucrar a la comunidad educativa y que se planee será infructuosa si no se está en comunión con Jesús resucitado fuente de vida en abundancia. En ese mismo sentido la PE debe ser evaluada a partir de la capacidad que tenga de contribuir en la renovación de este encuentro y alegría en cada uno de los integrantes de nuestra comunidad educativa. Así que los invitamos a todos ustedes como agentes de pastoral, “a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso. No hay razón para que alguien piense que esta invitación no es para él, porque «nadie queda excluido de la alegría reportada por el Señor»”[10]

Sintetizando, queremos señalar que el contexto en el que nuestro país se encuentra exige de la pastoral educativa la dinamización de procesos que respondan a las diferentes realidades de niños, padres de familia, educadores entre otros (basta ya de una pastoral desarraigada y distante de la vida). Que dichos procesos se desarrollen desde los centros educativos con la vinculación efectiva de cada uno de quienes conforman la comunidad (no se trata de una labor exclusiva del coordinador o del equipo de pastoral); y que dichos procesos pueden además fortalecerse desde el trabajo en RED que nos lleva a derribar muros y trazar puentes entre equipos y/o comunidades que están sintonizados con nuestros sueños y metas (si compartimos intereses y preocupaciones, ¿por qué no buscar la manera de trabajar juntos?); y que esto finalmente, se logra a partir de una adecuada planeación pastoral (se trata de tener claro especialmente el ¿para qué? de la pastoral educativa) donde el centro sean las personas quienes desde su encuentro personal con Jesús sueñan y dinamizan cada acción.



[1] Director de Pastoral CONACED Nacional. 

[2] CASAS, Eduardo. El diseño de la clave pastoral en la escuela. p. 51. Editoral  PPC. 2015.

[3] MANCINI, Santiago. Pastoral Educativa: Una mirada de fe sobre la tarea escolar. p. 13.

[4] Ibid.

[5] Ibid.

[6] CASAS, Eduardo. Op cit. p. 49.

[7] CASAS, Eduardo. Op cit. p. 66.

[8] Ibid.

[9] Evangelii Gaudium No. 1

[10] Ibid. No. 2


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