Recomendaciones para el acompañamiento docente en el marco de una Escuela en Pastoral
Contextualizando
En otro momento
ya habíamos dado algunas pistas para orientar un plan de formación para
maestros en clave pastoral cuyo propósito principal fuera la transformación.
En esta oportunidad, inspirados en el texto de los discípulos de Emaús,
queremos profundizar en un factor de éxito de una escuela en pastoral, se trata
del acompañamiento.
Se trata
justamente de un elemento constitutivo de la evangelización en sentido amplio,
y por ende de la evangelización a través de las diversas acciones que se
emprenden en la escuela ya que su fuente inspiradora radica en el proceder de
Jesús Maestro.
Acompañar
significa estar junto a, caminar con, para compartir no solo el mismo tiempo y
espacio sino principalmente la propia vida, el pan (atendiendo a su raíz
etimológica). La escuela católica es esencialmente experta en acompañamiento y
por ello esta acción hace parte fundamental de su proceso pedagógico. Acompaña
a la familia, al estudiante y por su puesto al maestro quien a su vez también
es acompañante.
El acompañamiento
que se realiza en la escuela, se efectúa desde la horizontalidad que expresa
interés y genera confianza. Por ello se excluye cualquier mirada vertical, por
parte del acompañante, capaz de cosificar al acompañado, porque el
acompañamiento es crecimiento mutuo, es transformación personal y
comunitaria al mismo tiempo. En este proceso tanto el acompañante como el
acompañado descubren el poder del compartir, identifican el valor y significado
de caminar juntos.
Este es el
sentido que debe darse también al acompañamiento de los maestros. No se
acompaña para señalar errores, juzgar comportamientos, rechazar malas prácticas
pedagógicas o corregir simplemente. Se acompaña para nutrir su vocación de maestro,
pero también la vocación educadora del acompañante, para identificar en un
proceso dialógico y mayéutico cómo ser a vez mejor acompañante y educador de
los niños y jóvenes que les han confiado.
De allí que
Barraza (2013) señala que el objetivo del acompañamiento, en ese caminar, es
ayudar a descubrir cómo ha evolucionado, cómo se ha transformado el
maestro, en qué etapa de su vida personal y profesional se encuentra para
seguir apoyándole en ese proceso de crecimiento; y al mismo tiempo determinar
(como efecto) cómo su evolución puede apoyar el crecimiento de sus compañeros. Se
trata en definitiva de ayudar a lograr, por el hecho trabajar con nosotros, que
sea una mejor persona y mejor profesional; y al mismo tiempo lograr esto mismo
en el acompañante.
Recomendaciones
para el acompañamiento docente
La entrevista personal:
Aunque el proceso
de acompañamiento debe ser constante a lo largo del año, éste se materializa en
el espacio de entre vista personal que convendría realizarse por lo menos al
inicio, a la mitad y al finalizar el año escolar. Este espacio es ideal para:
Intercambiar o contrastar visiones, ideas, experiencias. Escuchar de manera
eficaz e interactiva al maestro en torno a su crecimiento su dimensión
vocacional. Compartir el resultado del proceso de evaluación de desempeño
en su dimensión profesional. Establecer rutas de crecimiento (Barraza et
al, 2013).
Organizar la
entrevista personal:
No debe tratarse
como un asunto a la ligera ya que de lo que se trata es de la persona, de ese
maestro que apoya el desarrollo de nuestra misión evangelizadora; por lo cual
conviene considerar en su planeación, entre otros aspectos, los siguientes:
-
Definir
junto al equipo directivo por qué y para qué es importante para el colegio
desarrolla estas entrevistas.
-
Constituirlas
en parte fundamental de la cultura institucional
-
Socializar
con los maestros, desde el inicio del año, los aspectos de su dimensión
profesional y vocacional que serán parte del acompañamiento.
Fases de la
entrevista personal:
El equipo
responsable del proceso deberá considerar por lo menos las siguientes (Barraza
et al, 2013):
Preparación:
-
En la
que se definen los propósitos de la entrevista. Escribirlos permitirá tenerlos
claros.
-
Se
pretende conocer al maestro y cómo ha sido su proceso hasta el momento. ¿Qué
fuentes tienes para ello? ¿Qué tan cercano han estado a él o ella?
-
Se
reconocen los logros y progresos.
-
Establecer
un buen lugar para el desarrollo.
Convocatoria:
-
Siempre
que se entienda como un proceso de crecimiento y no como uno para la
estigmatización.
- Emplea tu creatividad para realizar este proceso. Quizás una tarjeta de invitación atractiva, un mensaje de voz atrayente, etc.
Realización:
-
Aun
cuando lo sabemos claramente, conviene que la entrevista se efectúe en un
ambiente cálido, fraterno, acogedor. ¿Por qué no alrededor de una taza de café
junto a unas galletas y alejados de la oficina de talento humano? Sin duda esto
dará un matiz diferente al espacio de encuentro.
-
Debe
estar centrado en la escucha más que en el habla del acompañante.
-
Se
debe evidenciar el interés por el maestro acompañado, por su transformación.
Plan de
seguimiento:
-
En el
cual se fijan los objetivos y las acciones de mejora.
-
Estableciendo
lo caminos a seguir para que el maestro acompañado continúe creciendo en
nuestro colegio
-
Evidenciando
de qué manera la institución apoyará el proceso de transformación o crecimiento
del maestro.
Acompañamiento:
-
Se
trata de fijar los espacios, no de control sino de dialogo y cercanía que se
tendrán para continuar apoyando el proceso de transformación del maestro
acompañado.
-
No se
puede dejar para el final este proceso. De trata de brindar apoyo constante al
maestro en cada una de sus dimensiones.
Resultados del
acompañamiento
Conviene que el proceso no culmine en un documento archivado en los anaqueles del colegio al finalizar el año escolar, sino que éste contribuya a fortalecer el proceso de evolución y crecimiento del maestro. Por ello partir del proceso de acompañamiento conviene permitir que el maestro asuma nuevas responsabilidades y compromisos en otro grado o nivel como responsable de un nuevo proyecto. Esto disminuye la idea de que la carrera docente es estancada y plana y desarrolla su versatilidad Barraza et al (2013). Otra alternativa es lograr que el maestro pueda poner al servicio de sus compañeros sus dones y talentos y en esa medida pueda ser el acompañante de uno o varios maestros y/o pueda generar grupos de reflexión de las prácticas pedagógicas institucionales para su mejoramiento desde su experiencia. Los caminos para esto están a disposición y dependerán de la finalidad que dé a este proceso y la manera como esté organizado.
Al final de lo
que se trata es de identificar el acompañamiento como un espacio de motivación
y de crecimiento personal. Un espacio para valorar la acción del maestro y al
mismo tiempo apoyarle en su proceso de mejora personal y profesional. Se trata
de un espacio para transformación y reafirmación de su vocación
educadora, de su carácter de evangelizador en la escuela.
¿Quiénes
realizan el acompañamiento?
Siempre decimos
que el centro de los colegios son los estudiantes y que para ellos diseñamos
nuestra oferta educativa. Alineado con esto, debemos procurar que todos los
agentes a cargo de los estudiantes estén siempre en las mejores condiciones
para realizar su misión educativo evangelizadora, algo que requiere del acompañamiento
constante no de una persona, sino de un equipo. No es un asunto solamente del
responsable de recursos humanos.
De allí que se
estima conveniente que de este proceso hagan parte por lo menos:
-
El
responsable de RRHH
-
El
psicólogo u orientador
-
El
capellán del colegio o el Coordinador de Pastoral
- El jefe de área o Coordinador
Podrán ser más o
menos en tanto el colegio disponga de los recursos. Lo importante es
identificar principalmente que el acompañamiento para la transformación
es en las dimensiones: profesión y vocación, lo que sin duda no
puede hacer una sola persona ya que se trata de reconocer el maestro no es solo
un profesor sino que en el confluyen (como en todas las personas) aspectos de
su ser, de su vida de fe y de su formación profesional que determinan o no el
desarrollo de su misión educadora y que por ende debe acompañársele en cada una
de ellas.
Para profundizar:
Barraza et al
(2013). Directivos de escuelas inteligentes. ¿Qué perfil y habilidades exige el
futuro? SM
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