Tema Cuatro: "Mirar el dolor y la muerte"
Por: Camilo E. Rodríguez F.
a. Reconocer la Presencia de Dios
Si me buscan de todo corazón, yo me dejaré hallar por ustedes..." Jr. 29, 13.
Un hombre pregunta... ¿Dónde está Dios? Se ve, o no se ve. Si te tienen
que decir dónde está Dios, Dios se marcha. De nada vale que te diga que vive en
tu garganta. Que Dios está en las flores y en los granos, en los pájaros y en
las llagas, en lo feo, en lo triste, en el aire, en el agua. Dios está en el
mar y a veces en el templo. Dios está en el dolor que queda y en el viejo que
pasa, en la madre que da a luz y en lo pequeño, en la mujer pública y en la
torre de la mezquita blanca. Dios está en la mina y en la plaza, es verdad que
está en todas partes, pero hay que verle, sin preguntar que dónde está como si
fuera mineral o planta. Quédate en silencio, mírate la cara, el misterio de que
veas y sientas, ¿no basta? Pasa un niño cantando, tú le amas, ahí está Dios.
Tomado de Banco de Oraciones. Satu.
b. Iluminar nuestra vida
“…te mostraré grandes cosas" Jr. 33,3.
"¡Joven,
a ti te digo, levántate! (cf. Lc 7,14). Este pasaje nos cuenta cómo Jesús,
entrando en la ciudad de Naín, en Galilea, se encontró con un cortejo fúnebre
que acompañaba a la sepultura a un joven, hijo único de una madre viuda. Jesús,
impresionado por el dolor desgarrador de esa mujer, realizó el milagro de
resucitar a su hijo. Pero el milagro llegó después de una secuencia de
actitudes y gestos: «Al verla, el Señor se compadeció de ella y le dijo: “No llores”.
Y acercándose al féretro, lo tocó (los que lo llevaban se pararon)» (Lc 7,13-
14).Detengámonos a meditar sobre alguno de estos gestos y palabras del Señor.
Ver el dolor y la
muerte: Jesús puso su mirada atenta, no distraída, en ese cortejo fúnebre.
En medio de la multitud percibió el rostro de una mujer con un sufrimiento
extremo. Su mirada provocó el encuentro, fuente de vida nueva. No hubo
necesidad de muchas palabras. Y mi mirada, ¿Cómo es? ¿Miro con ojos atentos, o
lo hago como cuando doy un vistazo rápido a las miles de fotos de mi celular o
de los perfiles sociales? A nuestro alrededor, pero a veces también en nuestro
interior, encontramos realidades de muerte: física, espiritual, emotiva,
social. ¿Nos damos cuenta o simplemente sufrimos las consecuencias de ello?
¿Hay algo que podamos hacer para volver a dar vida?
Tener compasión: La conmoción de Jesús lo hace partícipe de la
realidad del otro. Toma sobre sí la miseria del otro. El dolor de esa madre se
convierte en su dolor. La muerte de ese hijo se convierte en su muerte. En
muchas ocasiones los jóvenes demostráis que sabéis con-padecer. Es suficiente
ver cuántos de vosotros se entregan con generosidad cuando las circunstancias
lo exigen. Queridos jóvenes: No os dejéis robar esa sensibilidad. Que siempre
podáis escuchar el gemido de quien sufre; dejaos conmover por aquellos que
lloran y mueren en el mundo actual. «Ciertas realidades de la vida solamente se
ven con los ojos limpios por las lágrimas» Si sabéis llorar con quien llora,
seréis verdaderamente felices.
Acercarse y “tocar”: Jesús detiene el cortejo
fúnebre. Se acerca, se hace prójimo. La cercanía nos empuja más allá y se hace
gesto valiente para que el otro viva. Gesto profético. Es el toque de Jesús, el
Viviente, que comunica la vida. Un toque que infunde el Espíritu Santo en el
cuerpo muerto del muchacho y reaviva de nuevo sus funciones vitales. Sí,
también vosotros jóvenes podéis acercaros a las realidades de dolor y de muerte
que encontráis, podéis tocarlas y generar vida como Jesús. Entonces, si sentís
dentro la conmovedora ternura de Dios por cada criatura viviente, especialmente
por el hermano hambriento, sediento, enfermo, desnudo, encarcelado, entonces
podréis acercaros como Él, tocar como Él, y transmitir su vida a vuestros amigos
que están muertos por dentro, que sufren o han perdido la fe y la esperanza"
(Fragmento del Mensaje del Papa Francisco para la JMJ 2020)
c. Interiorizar el mensaje
“Quiero meditar tus decretos y tener en cuenta tus caminos" Sl. 119, 15.
¿Qué situaciones
de dolor y de muerte descubres entre tus amigos y tu familia? ¿Qué
sentimientos surgen en ti al ver estas situaciones?
¿De qué manera
podrías acercarte y tocar esas situaciones de dolor y muerte para
llenarlas de esperanza?
¿Qué significado
tiene para ti la expresión "¡Joven, a ti te digo, levántate!"?
b. Orar
“Estén siempre alegres. Oren en todo momento. Den gracias a Dios por todo..."
1 Te. 16-18.
Amigo Jesús, mi gran amigo... me
encuentro hoy delante de ti para reflexionar un poco en la vida, en los demás,
en mí mismo(a), en tantas cosas que día tras día están presentes en mi cabeza y
en mi corazón acerca de mi propia vida, mi familia, mis amigos, del mundo y
sobre ti que no logro entender.
Quisiera hacer grandes cosas por
todos ellos siguiendo tu ejemplo para que mi paso por la historia no sea
superficial, sin sentido; sino que deje huella. Quiero conocerte y encontrar en
ti la fuerza para llevarlas a cabo.
Hoy quisiera pedir de modo especial
por aquellos jóvenes como yo que perciben en el interior de su corazón tu
llamada a levantarse para ser signos de esperanza en el mundo de hoy. Amén.
Autor: Camilo E. Rodríguez F.
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