Echando globos No. 3. - Seis elementos que deberíamos dejar de usar en tiempos de cierre, clausuras y grados.

 


Por: Camilo E. Rodríguez F.

En el marco de desarrollo de la COP 27 llevada a cabo por estos días en el país de Egipto, el Secretario General de la ONU, Antonio Guterrres, lanzó un frase contundente que a ninguna persona, luego de escucharla, podría dejar tranquila: "Vamos en una carretera al infierno climático con el pie con el acelerador".

En ese contexto conviene recordar que las alarmas están encendidas respecto a la necesidad de cambio en nuestros estilos de vida y hábitos de consumo para salvaguardar el planeta desde por lo menos la década del 60 del siglo pasado (si no antes). Sin embargo éstos cambios parecen no darse o por lo menos no a la velocidad requerida; y por el contrario la problemática parece agudizarse cada vez más y destruyendo cada día una porción de la tierra. 

Experimentamos en carne propia lo que expresa una de las obras de nuestro Premio Nobel García Márquez, es decir, "la crónica de una muerte anunciada". ¿Cuándo lo entenderemos?, aunque puede que ya lo entendamos, en cuyo caso la pregunta sería más bien: ¿Cuándo cambiaremos nuestro comportamiento en relación al cuidado de nuestro planeta?... "Averígüelo Vargas" dice el adagio.

Sé que en las escuelas y colegios han transitado, a su manera, hacia la consolidación de una conciencia por el cuidado del medio ambiente desde su currículo y los proyectos que definen. Desde allí es mucho lo que se ha logrado con seguridad. No obstante, es necesario que esa dinámica e interés por el cuidado se exprese en todos los ámbitos de la escuela y no solo en los espacios de educación formal. Toda práctica en la escuela debe ser cuidadora del planeta, de las especies, de las personas.

Las clausuras y los grados, ese momento en el que orgullosa la comunidad educativa celebra, festeja, agradece y presenta los frutos del trabajo realizado a lo largo del año; y en el que los colegios bajo la animación del equipo directivo se desbordan en creatividad para organizar majestuosas presentaciones de cierre; no deben estar exentas de esta dinámica de protección y de cuidado de nuestra Casa Común, ya que allí también se expresa ese interés, esa coherencia de vida podríamos decir. Recordemos que la escuela, educa en todo y también los grados y clausuras son un momento de formación para toda la comunidad.

Por eso proponemos que revisemos algunas de las dinámicas que se gestan en torno a estos eventos de cierre y modifiquemos nuestras prácticas alrededor de las mismas como por ejemplo los siguientes:


1. Bombas o globos. Son un producto difícil de desaparecer. Empleemos en su reemplazo productos biodegradables. El uso de plantas siempre será una mejor opción, más natural, más amigable, más atractiva.

2. Las menciones de honor (certificados o diplomas). ¿Qué porcentaje de estudiantes y personas en realidad las conserva? ¿Vale la pena todo el derroche de energía, papel y tinta que allí se invierte? ¿Y si mejor los entregamos de manera digital?

3. Confeti. Ese producto que lanzamos en las presentaciones de los estudiantes es muy agradable y propicia un ambiente festivo maravilloso, pero ¿Cuánto dura eso? tres segundos quizás y luego queda convertido en basura. Creo que el centro son los niños y los jóvenes con su presentación, por lo que centrar nuestra mirada en ellos será más valioso que lanzar los confeti. 

4. Estructuras en icopor. Usadas para decorar el escenario donde se lleva a cabo el grado o la clausura. Muchas veces, después de usarlo es un producto inservible. En su reemplazo empleemos el cartón reciclado o alguna otra alternativa que por lo menos pueda prestarnos otro servicio más adelante.

5. Las tarjetas de invitación a las clausuras y grados. Podrían reemplazarse por invitaciones digitales, aunque también generan una huella, tienen impacto. Pero sería una manera de disminuir el uso del papel y el consumo de energía.

6. Platos desechables. Usados en los salones para brindar una torta o algún alimento antes de culminar el año escolar. ¿Y si mejor le pedimos a cada estudiante que lleve su propia vasija y su cubierto? 

Muchas de estas acciones ya las realizan los colegios. Es más, éstas y muchas otras. Nuestra idea antes que "legislar" sobre qué emplear y qué no en estas fechas, es seguir llamando al cuidado de nuestro planeta. Debe ser un compromiso constante para retirar el pie del acelerador. No queremos darnos cuenta que cada vez nuestras acciones tendrán que ser más radicales para salvaguardar nuestra amada tierra. ¡Toda acción cuenta!

¿Qué otro elemento crees que podríamos motivar a dejar de usar?

 



























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